EL GUAJOJÓ

(Leyenda del Oriente Boliviano).

El "Guajojó" es un pájaro nocturno cuyo agudo y triste canto, como si estuviera saliendo de alguien que sufre una gran pena, llena de melancolía el silencio de la noche e impresiona y conmueve a quien lo escucha.

 

La versión Beniana cuenta la historia de un labrador cuya esposa había muerto, dejándolo con una pequeña hija de seis años. Él se ganaba la vida haciendo leña y labrando madera en el monte, y nunca dejaba sola a su pequeña hija, llevándola con él a todas partes. Sin embargo, un día, la niña al perseguir bellas mariposas de colores mientras su padre convertía un viejo árbol en leña, se alejó de la espesa sombra de un Tajibo donde él la había dejado recomendándole que no se moviera de ahí. Atraída por hermosas y lozanas orquídeas que parecían brotar de un grueso tronco de Motacú, la niña se alejó aún más y no supo cómo volver donde la había dejado su padre. Asustada, se hundía cada vez más en el monte y llamaba a su padre a gritos. Sus gritos, mientras su angustia crecía, se volvían cada vez más débiles y apagados. Cuando llegó la noche, agotada y hambrienta, se adormeció apoyada en el robusto tronco de un viejo Bibosi.

 

Su padre, en cuanto notó la ausencia de su hija, dejó todo y, desesperado, la buscó sin parar llamándola a gritos por uno y otro lado del monte, incluso durante las oscuras horas de la noche. Así pasaron tres días de búsqueda, cuando el hambre y la sed amenazaban con acabar con la vida de la niña. En ese momento, la Virgen María se le apareció apenada por ella y la transformó en el pájaro nocturno que es actualmente, para que pudiera seguir buscando a su padre, quien nunca más apareció.

Desde entonces, rompiendo el silencio de la noche en los montes del Beni, se escucha como un lúgubre lamento, el "Guaaa Jo jooo... Guaaa Jo jooo...de la niña perdida que no deja de llamar al padre que tanto amó.