Hasta hace no mucho tiempo, en esos años donde la luz eléctrica prácticamente no existía en los pueblos del Beni, y mucho menos la televisión, era común escuchar en las tertulias sobre "La Viudita", "El Silbaco", "El Carretón de la Otra Vida" y "El Jichi".
"La Viudita" es el fantasma de una mujer solitaria y de movimientos sensuales que aparece pasada la medianoche, mostrándose misteriosa, envolvente y seductora. Se decía que sólo se les aparecía a los trasnochadores y mujeriegos que no podían pasar una noche sin tomarse "unos traguitos". También se decía que tenía las manos frías y un trato fino y encantador.
Se describía con un vestido negro de larga falda, como pegado a su ondulante cuerpo, con un sedoso manto cubriendo su cara todo el tiempo y con una voz cantarina, serena y cautivadora.
La "La Viudita", aparentando ser apasionada y complaciente, hacía creer a su elegido que se dejaría amar si lo seguía. Así, haciéndolo ir tras ella por las calles más oscuras, lo va llevando hacia afuera del pueblo sin que él se dé cuenta, hasta el solitario y tenebroso cementerio. Allí, acercándosela de frente, apartaba su sedoso manto y le dejaba ver su impresionante cara de esqueleto.
El frustrado enamorado, como es fácil suponer, se despertaba de golpe y escapaba de ella aterrado y erizado por el miedo, sin dejar de rezar y de prometer corregir sus malos hábitos a todos los santos, mentalmente una y otra vez. corregir sus malos hábitos .